Llega un nuevo año y también nuevos propósitos. Estos primeros días vienen cargados de esperanza, ilusión y metas para cumplir en los próximos doce meses. Se siente en el ambiente. En cada uno de nosotros, en las conversaciones que tenemos con los demás y en los mensajes que vemos en las redes sociales.
Estoy en esa gran burbuja de querer hacer las cosas bien este 2023. Ganas de hacer todo lo que me proponga durante este año. Retomar viejos proyectos y potenciarlos con mis conocimientos adquiridos durante el 2022. Uno de ellos, por supuesto, es reactivar este blog.
Como mencioné en otro post, este blog se ha ido transformando a medida que también lo hago. En un principio estaría dedicado sobre comunicación, pero ahora también escribo sobre cualquier tema que me apasione, aunque de una u otra forma siempre regreso al tema original.
“Para saber hacia dónde vamos, debemos saber de dónde venimos”. Esta frase la he escuchado mucho y creo que es pertinente en este momento. Antes de escribir este post, me fijé que ya tiene cinco años el blog. En estos días de querer comerme el mundo me he dado cuenta que este lugar me permite, como ningún otro, plasmar todos mis pensamientos y todo lo que aprendo, mirando hacia atrás lo que he compartido hasta ahora.
¿Cuáles son mis propósitos para este 2023? Muchos en realidad, pero en todas mis listas siempre está esta: Aprender. Siento que el aprendizaje en todo sentido definirá este año para mí.
¿Cumpliré este propósito? Tenemos doce meses para averiguarlo. Mientras tanto, compartiré mi viaje contigo en este espacio, Comunicar Para Vivir.
Con la llegada del nuevo año, comienzan también los propósitos y las posibles tendencias. El mundo de la comunicación no escapa a esta realidad y por supuesto que hay tendencias comunicacionales que marcarán el 2021.
Antes de llegar ahí, te cuento que estoy emocionada por todo lo que me he propuesto para este 2021. Quiero estar más presente, traerte mucha más información y aprender entre todos a comunicarnos mejor. Sé que será posible porque has estado conmigo desde siempre y juntos trabajaremos en ello. Ya más adelante te contaré con más detalles, te lo prometo.
Considero que el propósito colectivo, desde el punto de vista de la comunicación, debe estar enfocado en aprender y ponerlo en práctica. De nada sirve leer, tomar cursos y talleres si, al final del día, no se comparte ni se aplica.
Ahora bien, todo el conocimiento que podamos adquirir este año podría estar determinado por las tendencias comunicacionales, que reflejan los tiempos que estamos viviendo.
Tendencias comunicacionales para el 2021
Si miramos hacia el 2020, veremos que la tecnología tuvo un papel fundamental en la manera de comunicarnos. Plataformas como Zoom, Skype y WhatsApp, entre otros, se posicionaron como referentes para tener contacto con los demás y hacer desde casa casi todas nuestras actividades laborales, escolares y sociales. En vista de que el coronavirus aún no se ha ido, es lógico pensar que seguiremos usando estas herramientas para comunicarnos, así como las redes sociales (Tik Tok, Instagram) con las que compartimos nuestro día a día.
Contenidos en audio (podcast) y video también dirán presente durante el 2021, por lo que no debes dejar pasar la oportunidad de producir en estos formatos. El Streaming marcará pauta durante este 2021 y debemos estar preparados para ello.
Para las organizaciones, algunos de sus retos comunicacionales para este año también estará en lograr transmitir mensajes en directo y que refuercen la seguridad como concepto, una conexión con el lado humano; también deberán generar mayores colaboraciones con otras empresas y seguir en la búsqueda de referentes que generen confianza, tal como expresan en @pizzolanteglobal.
Resulta desafiante, y emocionante a la vez, todo lo que trae el 2021 en cuanto a las tendencias comunicacionales, sobre todo por el tema de las transmisiones en directo en audio y video. Está bien tener un poco de susto, en especial porque somos reacios a estar frente a una cámara o a un micrófono, pero créeme que este es el mejor momento para arriesgarte y comenzar a hacerlo.
La pandemia causada por el COVID-19 ha sacudido todos los ámbitos, como el comunicacional. El uso de las mascarillas que nos protegen del virus nos obliga a descifrar el lenguaje verbal que ahora cubre el rostro, la comunicación y la tecnología se han unido más rápido de lo que algunos vaticinaban: las aplicaciones de mensajería instantánea (Whatsapp, Telegram), las videollamadas o videoconferencias (Zoom), redes sociales (Faceboook, Instagram, Twitter, TikTok) se han convertido en espacios para compartir casi todo y tratar asuntos familiares, laborales y de entretenimiento. Cada quien usa estas herramientas de acuerdo a su nivel de experticia y necesidad. Y esa es la realidad. Los tiempos son otros y debemos adaptarnos.
Las organizaciones no escapan a esta realidad. La comunicación organizacional dio un cambio también. El teletrabajo o trabajo remoto es la nueva modalidad y ahora se efectúan reuniones y se toman decisiones a distancia. Anteriormente se hacían, pero no era común.
Un tipo de organización son los periódicos y otros medios de comunicación como la televisión y la radio. Si ya desde hace un buen tiempo venían arrastrando toda una serie de cambios al migrar hacia lo digital, ahora con el coronavirus las salas de redacción han tenido que adaptarse a estos tiempos. Así lo explica Luis Ernesto Blanco en un trabajo presentado para Medianálisis titulado: “Adiós a las redacciones”.
“Más allá de la coyuntura, y algunos predecibles ajustes que ocurrirán en el camino, a mediano y largo plazo se espera que la industria periodística experimente una consolidación de los entornos digitales frente a los físicos, donde prevalecerá la red sobre el papel y lo virtual sobre lo presencial. También es lógico esperar cambios organizativos profundos: nuevos modelos de relación contractual y otras muchas transformaciones soportadas por el desarrollo tecnológico”.
Hay mucha tela que cortar sobre este tema, y con respecto al caso de Venezuela, aún más. En este país que también vive los cambios atraviesa el mundo entero vienen aderezados con particularidades propias. Quiero seguir profundizando al respecto. Por ahora, solo queda decir que lo que hasta hace poco nos resultaba distante y difícil, ahora es tan natural como respirar.
Este es el escenario: te planificas y decides hacer una actividad, empiezas con el foco puesto pero, por alguna razón, te distraes y haces otra cosa. El resultado es un sentimiento de culpa por no terminar lo que empezaste.
Sí, sé lo que es sentirse así. Y tiene un nombre: Procrastinación.
Procrastinar significa “dejar para mañana lo que puedas hacer hoy” y se produce cuando estamos bajo mucho estrés. El término lo descubrí hace poco, aunque yo asociaba la acción con la palabra manguarear, como decimos aquí en Venezuela.
Me pasa seguido. Por ejemplo, en vez de ponerme a redactar y entregar el artículo pendiente pierdo el tiempo buscando información sobre otra cosa poco relevante para ese momento.
Tips par dejar de Procrastinar
¿Qué he hecho para dejar de procrastinar? He leído mucho al respecto y puesto en práctica algunos de estos tips:
• Hago una lista de pendientes: escribo hasta lo más mínimo por hacer y me hace sentir bien que voy completando poco a poco.
• Creo rutinas: aunque algunas me cuestan un poco, sigo adelante. Hay días que por distintas razones no puedo hacerlas, simplemente las retomo al día siguiente.
• Respiro unos segundos y sin pensar mucho hago lo que debo hacer
• Tomo pequeños descansos y pongo la alarma al reloj. Si no hay control, entro nuevamente en el círculo vicioso de la procrastinación.
• Combino una tarea que me gusta con otra: ahorita estoy aprendiendo Lettering y lo pongo en práctica mientras organizo las ideas para mis artículos o sobre mis proyectos.
• Mantengo el celular en silencio mientras trabajo.
Estas son algunas técnicas que me han funcionado, pero no son las únicas que existen. Los psicólogos y expertos en la materia han desarrollado otras que ayudan a combatir la procrastinación.
¿Procastinar o Procrastinar?
Debo confesar que hasta hace poco, pensaba que se decía ‘Procastinar’ en vez de Procrastinar, la forma correcta de decirlo. Para aclarar la duda existente entre muchas personas, la RAE intervino para corregir el mal uso de esta palabra.
“La forma adecuada es «procrastinar», voz creada en su origen a partir del adverbio «cras» ‘mañana, el día siguiente’, del cual «procrastinar» toma su significado de ‘dejar para mañana, posponer, aplazar’.
Ahora que ya sabemos su correcto uso, también es momento de evitar el mayor tiempo posible en procrastinar.
El periodismo turístico no es solo ir a un lugar y escribir, tomar fotos y/o grabar vídeos de lo bueno, de sus atractivos y bondades para contarlo al público. También es válido, pero conocer la otra cara de la moneda, lo poco agradable de ese lugar, sus carencias es igual de necesario contar. Es más complejo. Es ir más allá de lo que vemos desde afuera para comprender mejor el por qué funcionan o no las cosas.
Cuento mi experiencia. Soy periodista desde hace más de 12 años y durante mi carrera he tenido la oportunidad de hacer notas turísticas, crónicas de viajes, presstrip y talleres sobre cómo redactar turismo dictados por las organizaciones turismo locales y actualmente realizo una tesis sobre la producción de contenidos turísticos en los periódicos que espero culminar algún día. Aprendí muchísimo, y agradezco por cada una de estas oportunidades, pero luego de varios años entendí y reconozco que solo reflejaba lo bueno, lo que todos esperan ver u escuchar. No pensaba en lo que también debe ser contado para una experiencia más enriquecedora y completa, lo que no tiene adornos.
Esta realidad también se refleja en los medios de comunicación tradicionales del estado Falcón, Venezuela; lugar potencialmente turístico donde me he desempeñado como periodista durante todo este tiempo, y donde los periodistas especializados en turismo son muy pocos. En su mayoría, realizan notas turísticas durante momentos específicos del año, como temporadas vacacionales, notas y ruedas de prensa organizadas por los entes gubernamentales y otras instituciones relacionadas con el turismo. Otros se han dedicado a otras actividades o ido del país.
Actualmente me dedico a escribir sobre comunicación y tecnología, pero sigo de cerca cómo ejercer el periodismo turístico, y he llegado a concluir que como profesionales de la comunicación debemos seguir formándonos en este tipo de periodismo. Por esa razón, aquí dejo algunos tips que encontré sobre cómo ejercerlo:
– Cuando vayas a un sitio para reseñar turísticamente, recuerda: es periodismo, no relaciones públicas
– Toma en cuenta el entorno del lugar sobre el que reportas (situación económica, política, social, cultural, histórica)
– Sigue cuentas en redes sociales de periodistas y organizaciones de periodismo turístico de tu país y del mundo. Puedes visitar la página periodismoturistico.org para aprender más al respecto.
Si tienes algunas ideas o aportes, todos son bienvenidos.
El 07 de marzo en Venezuela hubo un apagón en casi todo el país y eso produjo una serie de cambios en nuestra rutina, incluso en la manera de comunicarnos.
Aunque donde vivo no estuvimos tantas horas sin electricidad (a pesar de que el servicio eléctrico no es muy eficiente la mayor parte del año), mi familia en otras regiones del país sí. Para mantenernos comunicados, ellos cargaban sus teléfonos celulares con la batería del carro. Sólo lo hacía quienes tenían líneas con las operadoras Movistar y Digitel porque Movilnet y Cantv no funcionaban.
Las llamadas telefónicas, los mensajes de texto o SMS, y los servicios de mensajería instantánea como Whatsapp (con algunas limitaciones) eran las vías para saber de los familiares y amigos que no contaban con el servicio de electricidad en Venezuela.
En momentos como estos hay que ser comedidos, eso lo sabía muy bien. Con respecto a las llamadas telefónicas, procuraba que fueran de poca duración, aunque se extendían porque querían saber sobre cualquier información, oficial y extraoficial, de la cual tuviese conocimiento.
Durante esos días recuerdo tener sintonizada la radio en vez de la televisión, debido a que algunas emisoras radiales se volcaron a realizar operativos especiales sobre el apagón. Fue un gran esfuerzo por parte de estos medios de comunicación tradicionales, incluida la prensa, para informar a la población y en este reporte de Ypys se puede evidenciar.
Los medios de comunicación tradicionales, como la radio, hicieron un gran esfuerzo por mantener informada a la ciudadanía
Pasaba horas y horas en Twitter leyendo tuits en busca de información que pudiese resultar útil. Además de algunas cuentas que encontré antes del apagón, como SoyArepita, encontré “¿Qué está pasando en Venezuela?”, un boletín informativo que se emite en una imagen con la información más relevante de lo que ocurre en Venezuela.
Aunque resultaba una forma fácil y precisa, presentaba un inconveniente: la precaria señal de datos de las operadoras impedía que se pudiesen descargar con facilidad las imágenes y audios en Whatsapp, por ejemplo; por lo que los creadores de “¿Qué está pasando en Venezuela?”, decidieron hacer una versión en texto para poder copiar y pegar en los grupos de Whatsapp o a través de los mensajes de texto.
Les aconsejaba que no perdieran tiempo con el celular, porque se descargarían rápido y no serían útiles cuando en realidad fuese necesario.
Los mensajes de texto regresaron y Twitter reinó entre las redes sociales
Los mensajes de texto fueron de gran ayuda durante los días del apagón, de hecho desde hacía mucho tiempo que no los usaba como durante estos días. Operadoras como Movistar habilitaron por 24 horas el 12 de marzo los SMS de manera gratuita para todos sus usuarios y que luego extendieron por 24 horas más. En un tuit, días después, reveló que entre el 12 y el 14 de marzo se enviaron 101 millones de SMS a través de Movistar.
Un hilo de Twitter de Medianálisis especifica con más detalle cómo fue el comportamiento de las operadoras de telefonía celular en el país y de Internet (según Netblocks, durante esos días el 96 % del territorio nacional no tenía conexión a Internet.
Twitter fue una de las redes sociales más utilizadas
Twitter se convirtió en la red social más usada durante el apagón. Por lo menos en mi caso, y estoy segura que por muchos otros alrededor del mundo porque, casualmente, el 13 de marzo hubo fallas en las redes sociales de Mark Zuckerberg (Facebook, Instagram y Whatsapp). Fue tal el poder de las redes sociales como Twitter, que se logró la liberación (excarcelación y con medidas cautelares para ser más precisos) del periodista Luis Carlos Díaz.
Llegó “la luz”
Finalmente la electricidad llegó a casa de mis padres, con algunos “bajones” y a la de otras familias en el país. Más de 100 horas sin el servicio eléctrico y en otras zonas han llegado incluso hasta más de 200.
Repito, han sido días duros, en los que se dejan en pausa las obligaciones y sueños para ayudar, de una forma u otra, al otro. La comunicación ha sido clave en este proceso. Muy posiblemente hubo más conversaciones, contacto cara a cara, aunque no en las circunstancias que uno quisiera; se informó a través de canales infravalorados como los mensajes de texto o SMS; los retuits con información valiosa estuvieron a la orden del día.
Falta mucho por saber de las experiencias de cada ciudadano venezolano, tanto del que reside como del que está fuera del país, de cómo vivió durante los días del apagón. En Twitter o Instagram hay una gran cantidad de historias para saberlo y que recomiendo leer. Yo sólo puedo decir, desde mi experiencia, que no debemos ser conformistas ante situaciones como estas pero sí demostrar que somos una sociedad que se fortalece para lograr el país que todos soñamos.
¿Cuál es tu historia? ¿Cómo te comunicaste durante esos días?
Por aquí me reporto después de un buen tiempo. A veces necesitamos parar y mirar las cosas desde otra perspectiva. Comunicar Para Vivir siempre ha sido ese lugar al cual quiero regresar cuando quiero compartir información, anécdotas y otros tantos datos sobre comunicación.
Para mí, comunicación es más que un proceso, ¡Es Vida! y es por ello que en este nuevo año que comienza, donde los propósitos cobran valor (aunque sea por un instante porque usualmente los dejamos en el olvido con el pasar de los días, semanas y meses) espero que en cada uno de nosotros se encienda la llama de construir una mejor comunicación personal y con su entorno.
Noto con gran preocupación que la falta de valores, de superación y de otros tantos problemas existenciales de nosotros como seres humanos que radican en una comunicación deficiente. Estudiemos, eduquemos, valoremos el sentido de COMUNICAR.
Desde aquí haré el mayor esfuerzo y espero me acompañes.
No es secreto para nadie las marcadas diferencias en la manera de hablar entre hombres y mujeres. Cientos de estudios lo comprueban. Sin embargo hay uno que está comenzando a desmitificar algunos de los preceptos que teníamos en cuanto a cómo los hombres hablan, el cual asegura que los hombres están utilizando lenguaje pasivo tanto como las mujeres.
Frases como “lo siento”, “perdón” o el uso cada vez mayor de emojis por parte de los hombres es lo que destaca un estudio de la plataforma de colaboración Hive, que indica que los hombres también usan estas frases, palabras y símbolos a la hora de escribir con mayor frecuencia.
Tal como reporta FastCompany, el informe State of Workplace Gender, que encuestó a 3.000 hombres y mujeres en diferentes áreas de trabajo, encontró que casi no hay diferencias en el uso de «creo», «por favor» y emojis de cara feliz. Sin embargo, los hombres son más propensos (0,64%) que las mujeres (0,07%) a decir que lo lamentan en un mensaje. Y cuando las mujeres se disculpan, es más probable que se lo digan.
Esto no significa que las diferencias en la manera de hablar entre hombres y mujeres han dejado de estar presentes. La lingüista Deborah Tannen distingue que en cuanto a las conversaciones afectivas, las mujeres hacen énfasis en compartir experiencias con lujo de detalles, mientras que los hombres son más directos y sus conversaciones son más informativas. ¿Será cierto eso que dicen que “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus” o es una tendencia que podría cambiar?
El gigante del comercio electrónico se las está arreglando para poder dominar el mercado de la India, subcontinente donde sólo el 10% de sus 1300 millones de habitantes hablan inglés. Desde septiembre, los usuarios de Amazon podrán realizar compras en su idioma oficial, el hindi.
¿Por qué decidió Amazon adaptarse al hindi y no seguir vendiendo en inglés? Tal como explica Kishore Thota, director de Experiencia del Cliente y Mercadotecnia de Amazon India, de acuerdo a estudios de mercado, ocho de cada diez consumidores indios preferirían comprar en un idioma distinto al inglés. “El nivel de confianza aumenta cuando ven algo en su propio idioma”, señaló.
En ese sentido, no les quedó de otra que incluir el hindi para llegar a más personas, incluso algunas palabras y frases en inglés que son usados por la población, como free(gratis), jeans (pantalones de mezclilla) y cash on delivery (cobro a la entrega).
Curiosidades del Hindi
A propósito de esta incursión de Amazon en la India con su idioma oficial, me dio curiosidad saber un poco más de este idioma y aquí te muestro lo más resaltante:
Hindi significa “la tierra del río Indo”
Es la primera lengua para más de 500 millones de personas y es la segunda lengua para unas 120 millones de personas.
Gurú, Yoga, Karma, Jungla, son algunas palabras que usamos y que tienen su origen en el Hindi
“Namasté” es una forma correcta de saludar en Hindi, acompañada juntar las manos en oración y una pequeña inclinación hacia adelante. Es una palabra compuesta de las palabras “namas” que significa “inclinar” y “te” que significa “hacia ti”.
Como en el castellano, el Hindi se escribe de izquierda a derecha.
En varios momentos de mi vida, incluido mi presente, se ha hecho difícil que los demás pueda entender mi mensaje, lo que quiero transmitir.
No se trata de un problema físico, sino de una serie de variables que, en un momento determinado, impiden que la otra persona comprenda lo que quiero decir.
Les voy a describir una anécdota como ejemplo: Le contaba a una pareja que recién conocía sobre la “suspicacia” que me generó un desconocido quien se ofreció a ayudarnos cuando se averió el carro donde íbamos mi familia y yo un día. Pude haber dicho “desconfianza” o “recelo”, cualquier palabra para expresar lo que sentí en ese momento, pero “suspicacia” fue la que dije espontáneamente. La pareja se miró en tono de complicidad y mi lectura inmediata de su actitud fue “¿Por qué dice esa palabra tan rebuscada?”. Debo reconocer que me sentí incómoda por un instante y luego no podía dejar ir de mi cabeza el por qué reaccionó así la pareja.
Llegué a la conclusión de que apenas los conocía y poco sé sobre ellos (hasta ahora no los he vuelto a ver) y cuando los interlocutores tienen bagajes culturales diferentes, es razón suficiente para que el otro no comprenda el mensaje.
Lección aprendida: indagar más sobre el otro, observar, escuchar y adaptarme al contexto. Esto no significa que deba dejar a un lado quien soy, mis creencias y la forma de expresarme, pero sí adecuar las palabras y expresiones al momento y así evitar confusiones.
Otros consejos que puedo ofrecer para que comprendan el mensaje son los siguientes:
– Presta atención a la forma de hablar: si lo haces muy rápido y sin pausas
– Pronuncia de forma clara y correcta clara las palabras
– Verifica que no hables tan bajo que los demás no te escuchen
– Si puedes, busca ayuda para que los demás entiendan el mensaje.
Comunicar para Vivir 